A pesar de esto, lo que crece inexorablemente es el uso del fideicomiso el cual correctamente aplicado, permite apalancar todas las áreas de la economía como infraestructura, construcción, turismo, minería, agro, forestación, ganadería, etc. Así, el fideicomiso se ha convertido justificadamente en el vehículo más eficiente para desarrollar los negocios productivos, fortaleciendo la rentabilidad con menor riesgo para los inversores. Además, post devaluación, las inversiones de un fideicomiso agro se potencializaron a través de una inversión directa, específica y transparente. Obviamente, esto dependerá de la calidad del negocio planificado y la idoneidad profesional de quienes lo lideren.
Las razones por las que el fideicomiso es la estrella para conducir inversiones a la economía real son:
• Incorporado al Código Civil y Comercial, manteniendo las ventajas de agilidad, seguridad y transparencia para las inversiones participativas,
• Promueve reunir capitales para ser invertidos directamente en la producción,
• El nuevo patrimonio es de aplicación específica y está aislado jurídicamente,
• Los bienes fideicomitidos están protegidos de los acreedores de los participantes, estando limitado el riesgo a esos bienes,
• Facilita transferir la participación a terceros,
• Ante la insuficiencia patrimonial se aplican las normas contractuales y/o judiciales,
• Ante conflictos graves, el fiduciario idóneo y experimentado, puede ser muy ágil para buscar soluciones, siempre dentro del marco del contrato,
• Promueve el Gobierno Corporativo con una administración profesional, un propietario ajeno a los intereses particulares y una gestión transparente que controla y rinde cuentas.
Si hablamos de inversiones estratégicas sabemos que los negocios, además del fideicomiso, necesitan del trabajo oportuno, profesional e interdisciplinario para capitalizar los procesos económicos. Por eso es importante superar la etapa coyuntural de parálisis y los desequilibrios del sector para invertir en proyectos estructurados con fideicomisos, sabiendo que el diseño y puesta en marcha es un proceso de tiempo acotado pero que bien planificado, permite explotar las oportunidades.
Para ello y dentro de una visión de faros largos, es estratégico aprovechar el aumento de la demanda mundial de proteínas lo que exige, mayores rodeos productores de carne, sustentabilidad y recuperación de las superficies sub explotadas o abandonadas por la agricultura, así como la incorporación de nuevas áreas como las tierras fiscales. Ante esto, no cabe otra alternativa que promover un salto cuanti y cualitativo, y el fideicomiso es el aliado clave para lograrlo. Pero hay que poner mayor atención en los medianos y pequeños productores que son los que forman